En el fondo del Atlántico, cerca de las Islas Canarias, Europa ha confirmado el mayor hallazgo submarino de metales raros en su historia. Y no se trata de un mito — sino de un cambio potencial en la geopolítica de los recursos.
El descubrimiento incluye elementos esenciales para la transición energética y tecnológica: baterías, paneles solares, motores eléctricos y sistemas aeroespaciales.
Según informa el medio El Cabildo, el yacimiento podría aportar hasta 45.000 toneladas anuales de materiales estratégicos como neodimio, cobalto, disprosio, litio y más.
Porque no todos los tesoros brillan en la superficie. Algunos están a kilómetros bajo el agua — y su valor puede definir el futuro energético del planeta.