La superficie de la Tierra está en constante movimiento, aunque no lo notemos. Geólogos estiman que todos los continentes se fusionarán nuevamente dentro de unos 250 millones de años, formando una nueva supermasa terrestre: Pangea Última.
Este proceso forma parte del ciclo de supercontinentes, en el cual las placas tectónicas se separan y vuelven a colisionar periódicamente a lo largo de la historia del planeta.
El resultado será una transformación total: cambios extremos en el clima, redistribución de océanos, zonas inhabitables y posible pérdida de biodiversidad global.
Según detalla el medio Innovant, este evento ocurrirá entre los años 250 y 260 millones en el futuro, y estará marcado por colisiones continentales masivas.
Porque aunque esté lejos, nos recuerda que la Tierra es un sistema vivo y cambiante. Entender su evolución ayuda a comprender sus riesgos — y nuestra fragilidad.
Por cierto, los mapas no son eternos. Y algún día, el mundo tendrá otra forma completamente distinta.