Compacta, siempre verde y con flores que destacan en cualquier rincón, la hebe es un arbusto ideal para quienes buscan color sin complicaciones. Solo necesita algunos cuidados básicos para florecer con fuerza.
Es perfecta para macetas, bordes o jardines pequeños. Tolera el sol directo, pero también se adapta a zonas con sombra ligera.
Según explica el portal Pravda, el principal error es plantarla en suelos muy húmedos o pesados, lo que suele llevar al deterioro de la raíz.
Condiciones ideales para crecer
Luz: sol o semisombra.
Suelo: ligero, bien drenado, sin encharcar.
Riego: moderado, sin mojar demasiado el follaje.
Mantenimiento y poda
Poda después de la floración para estimular nuevos brotes.
Elimina flores secas y ramas débiles con regularidad.
Fertiliza en primavera con compost ligero.
Multiplicación y protección
Se propaga por esquejes a finales del verano.
Protege del frío intenso con mallas o acolchado natural.
Las macetas pueden trasladarse al interior en invierno.
En definitiva, la hebe demuestra que lo bonito no siempre requiere esfuerzo extremo — solo atención a los pequeños detalles del día a día en el jardín.
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