¿Eres de los que solo usan protector solar en la playa o cuando hay sol fuerte? Si es así, estás cometiendo un error que puede costarle caro a tu piel. Según dermatólogos, aplicar protector solar debe ser parte de tu rutina diaria, sin importar si estás en exteriores o no.
La radiación ultravioleta (UV) es una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel, aparición de manchas, pérdida de elasticidad e incluso cáncer de piel. Lo preocupante es que estos rayos no desaparecen cuando el cielo está nublado o cuando estás bajo techo — siguen penetrando a través de nubes, ventanas y luz artificial intensa.
Según un informe de medios rusos, los expertos recomiendan utilizar un protector solar con FPS 30 o superior, que ofrezca protección de amplio espectro contra rayos UVA y UVB. No es solo cuestión de verano: la piel está expuesta los 365 días del año.
Los especialistas también indican que la cantidad aplicada es crucial. Se recomienda usar al menos una cucharadita para cubrir rostro, cuello y orejas. Para quienes usan maquillaje, existen protectores solares con color o en formato invisible que permiten reaplicaciones sin arruinar el acabado.
La reaplicación es otro punto clave. El efecto del protector no dura todo el día, y factores como el sudor, el roce o el lavado del rostro reducen su eficacia. Por eso, se aconseja reaplicar cada 2 o 3 horas, incluso si estás en interiores o en días nublados.
Los beneficios de usar protector solar de forma constante son evidentes: piel más firme, uniforme y joven, además de una notable reducción en la aparición de arrugas, manchas y daños provocados por el sol a largo plazo. Es una de las mejores herramientas de prevención dermatológica.
Un mito común es que las personas con piel morena u oscura no necesitan protección solar. Sin embargo, los especialistas insisten: todos los tonos de piel pueden sufrir daño solar y deben protegerse diariamente sin excepción.
Incorporar el protector solar a tu rutina matutina es un gesto sencillo que marca una gran diferencia en la salud y apariencia de tu piel. Es una inversión en bienestar y confianza a largo plazo.
Y como dato curioso: para muchas personas, la idea de usar protector solar a diario aún resulta novedosa. Pero la ciencia es clara: una piel sana comienza con un pequeño hábito repetido cada día — sin importar el clima.