Una ciudad sin gente, pero llena de vida. En Abjasia, a orillas del mar Negro, las gortensias han cubierto un antiguo complejo turístico soviético olvidado por décadas.
Escaleras, fuentes, balcones y hasta habitaciones enteras están ahora llenos de flores. Donde antes hubo azulejos, hoy hay pétalos. Y el silencio de lo abandonado convive con el color vibrante de la naturaleza.
Según reporta el portal MoneyTimes, el lugar se transforma en primavera y verano en un jardín surrealista, sin jardineros ni guías turísticos.
La belleza sin intervención
Las gortensias crecen sobre cemento agrietado y muros rotos;
Los arbustos florecen entre columnas, fuentes y ruinas;
Todo parece sacado de una película de ciencia ficción poética.
Un destino para ver lo inesperado
No es una atracción oficial — pero sí un imán visual y emocional;
Fotógrafos y exploradores urbanos lo han descubierto por redes sociales;
Es prueba viva de cómo la naturaleza no espera permiso para florecer.
A veces, la belleza no se planifica. Simplemente aparece, lenta pero firme, en el lugar menos pensado.
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